El Papa Benedicto XVI escribe: "El año de la fe será también una buena oportunidad para intensificar el testimonio y la caridad".
Y nos recuerda aquello de Santiago: "¿De qué le sirve a uno decir que tiene fe si no tiene obras?... ¿Podrá salvarlo esa fe? (Sant. 2, 14-18).
La fe pide coherencia, decir con las obras y la vida entera aquello que creemos. O mejor todavía, decir y manifestar con la vida a Aquel en quien creemos, es decir, a JESUCRISTO.
S. Pedro en su Carta, valora así el testimonio o la coherencia de la vida: "Llevad una conducta ejemplar en medio de los que no conocen a Dios; y así mientras os calumnian, verán con sus propios ojos que os portáis honradamente y darán gloria a Dios el día que El lo visite".
Por su parte, el Concilio Vaticano II, (Gaudium et Spes) escribe: "El divorcio entre la fe y la vida diaria de muchos debe ser considerado como uno de los más graves errores de nuestra época".
El Papa en su carta afirma: "Lo que el mundo necesita hoy de manera especial es el testimonio creíble de los que, iluminados en la mente y el corazón por la Palabra del Señor, son capaces de abrir el corazón y la mente de muchos al deseo de Dios y de la vida verdadera, es vida que no tiene fin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario