LA CUARESMA

¿PECADO?
Hablar de pecado hoy, no se lleva. Hoy nada es pecado. Todo vale. Sin embargo el pecado, aunque no pensemos en él, existe, es una realidad en este mundo, es una realidad personal.
El pecado es un misterio y tiene un sentido religioso. Para conocerlo necesitamos la luz de la revelación cristiana.

Desde los comienzos de mundo Dios interviene una y otra vez para arrancar a los hombres del pecado y librarlos de su esclavitud. Castiga los pecados de los hombres, llama a la conversión, hace promesas reiteradas. Con infinita paciencia tolera, perdona calla, y por último, envía a su Hijo (Mt 21, 33-46).
Cristo vino al mundo a salvar a los pecadores. Es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
Con escándalo de muchos, perdona los pecados. No ha venido a llamar a los justos, sino a los pecadores. Su obra se concreta en el establecimiento del reino de Dios frente al reino del pecado.

En la Biblia el pecado aparece, fundamentalmente, como desobediencia. En él se manifiesta el orgullo del corazón humano, afirmándose a sí mismo frente al Creador y negándose a aceptar su santa voluntad.
Introduce en el mundo un desorden injusto; división y guerra entre hermanos.

Si la razón más alta de la dignidad del hombre está en la comunicación con Dios, el pecado es ruptura de esta comunicación. El pecado es ante todo infidelidad porque supone olvido y desprecio del amor de Dios. Por eso los profetas lo catalogaron como el adulterio de la esposa infiel.

Para quien está alejado de Dios, la conversión es indispensable. Se trata de volver a la amistad que Dios le ofrece, en la cual está la salvación. Ello exige del hombre un cambio de situación y de actitud. El pecado, de suyo, es enemistad y alejamiento de Dios.

Mostremos que Dios es amor AMANDO
que es misericordia ACOGIENDO Y ALIVIANDO
que es gozo VIVIENDO Y CONTAGIANDO ALEGRIA
mostremos que Dios es comunidad COMPARTIENDO, UNIENDO, COLABORANDO.

Es nuestra misión hacer sentir su presencia en el mundo, comunicar la Buena Noticia, ser Buena Noticia.