sábado, 21 de febrero de 2015

BOLETIN CUARESMA 2015


¿Cómo vivir el tiempo de cuaresma en el siglo XXI?

Esta pregunta acompaña a muchos cristianos cuando se acerca el tiempo de Cuaresma. La respuesta la podemos encontrar en Mt. 6, 1-8, ahí tenemos algunas pistas

Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial.
Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar en las sinagogas y en las esquinas de las plazas bien plantados para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga.
Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Y al orar, no charléis mucho, como los gentiles, que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados.
No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo.

La primera pista es obvia, volver al reencuentro con Dios: LA ORACION. La segunda pista, EL AYUNO, nos lleva al reencuentro con lo esencial en nuestra vida, a poner en claro la escala de cuales son los valores en los que nos apoyamos. Nosotros mismos podemos privarnos de lo que no es necesario, quizás de lo que no es útil, pero que a veces se hace cargante. De hecho se trata de recuperar el control de la propia vida, un poco como cuando se prueban los frenos del automóvil, no para avanzar o correr más sino para ser el dueño en las maniobras.
La tercera pista, LA LIMOSNA, deriva normalmente de las dos primeras, porque ninguno de nosotros vive solo en el mundo. Y, en nuestra vida, el otro, amigo, compañero... es decir, aquel con el que comparto el pan, el alimento, los recursos de la vida... nos está pidiendo ser solidarios, no porque está de moda, sino porque aquel es para nosotros los cristianos EL RESUCITADO.

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