viernes, 26 de octubre de 2012
XXX Domingo del tiempo ordinario
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 10, 46-52
En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, el ciego Bartimeo (el hijo de Timeo) estaba sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar:
Hijo de David, ten compasión de mí.
Muchos le regañaban para que se callara. Pero él gritaba más:
Hijo de David, ten compasión de mí.
Jesús se detuvo y dijo:
Llamadlo.
Llamaron al ciego diciéndole:
Ánimo, levántate, que te llama.
Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús. Jesús le dijo:
¿Qué quieres que haga por ti?
El ciego le contestó:
Maestro que pueda ver.
Jesús le dijo:
Anda, tu fe te ha curado.
Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.
Palabra del Señor.
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