sábado, 17 de septiembre de 2016

XXV Domingo del tiempo ordinario

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 16, 1-13

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
Un hombre rico tenía un administrador, a quien acusaron ante él de derrochar sus bienes.
Entonces lo llamó y le dijo:
¿Qué es eso que estoy oyendo de ti? Dame cuenta de tu administración, porque en adelante no podrás seguir administrando.
El administrador se puso a decir para sí:
¿Qué voy a hacer, pues si mi señor me quita la administración? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa.
Fue llamando uno a uno a los  deudores de su amo y dijo al primero:
¿Cuánto debes a mi  amo?
Éste respondió:
Cien barriles de  aceite.
Él le dijo:
Aquí está tu recibo;  aprisa, siéntate y escribe cincuenta.
Luego dijo a otro:
Y tú, ¿cuánto  debes?
Él contestó:
Cien fanegas de  trigo.
Le dijo:
Aquí está tu recibo,  escribe ochenta.
Y el amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con que había procedido. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz.
Y yo os digo: ganaos amigos con el dinero de iniquidad, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas.
El que es de fiar en lo poco, también en lo mucho es fiel; el que es injusto en lo poco, también en lo mucho es injusto.
Pues, si no fuisteis fieles en la riqueza injusta, ¿quién os confiará la verdadera? Si no fuisteis fieles en lo ajeno, ¿lo vuestro, quién os lo dará?
Ningún siervo puede servir a dos señores, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.

Palabra del Señor.

Jaculatorias

Es verdad que todo nuestro ser ha de estar en todo instante dando gracias y alabando a Dios pero también en bien cierto que la intensidad y el frenesí de éste mundo en el que vivimos nos lo pone a veces (muchas veces) muy difícil.

Para esas ocasiones en el que este mundo nos desborda y alzamos la mirada hacia arriba podemos usar un arma poderosísima como son las jaculatorias. Proviene del latín iaculatorius, relativo al lanzamiento. La asociación de “lanzamiento” es porque al rezarlas miraban al cielo y hacían el gesto con las manos como lanzando algo invisible hacia arriba.
Estos utilizaban la raíz de lo que hoy es nuestra palabra “jaculatoria” para denominar el dardo, la flecha o cualquier otro objeto que tuviera como finalidad el ser lanzado con fuerza a la distancia.
Su actual significado guarda una estrecha relación con el sentido originario porque hoy utilizamos esa voz para referirnos a las cortas exclamaciones o plegarias que el amor y la confianza del cristiano le envía, como pequeñas flechas o saetas, al Señor, a la Santísima Virgen o a los Santos. “La jaculatoria, como la flecha o el dardo, es rápida. Como la flecha y el dardo pretende entrar en lo más profundo de Aquel a quien la dirigimos”.

San Pedro de Alcántara decía de éstas en su tratado de la oración y meditación: "Ayuda para la memoria continua de Dios y el andar siempre en su presencia, el uso de aquellas breves oraciones que San Agustín llama jaculatorias, porque guardan la casa del corazón y conservan el calor de la devoción".

Os dejo algunas jaculatoria:


      • Para los que aman a Dios todo es para bien
      • Porque tú eres, oh Dios, mi fortaleza
      • De mis enemigos líbrame Señor
      • Hágase tu voluntad
      • Tuyo soy para tí nací que quieres Señor de mí

También las hay para la Virgen:


      • Gloriosa reina del Carmen, ruega por nosotros.
      • Inmaculada reina de la paz, ruega por nosotros.
      • Madre de amor, de dolor y misericordia, ruega por nosotros.
      • Madre de misericordia, ruega por nosotros.
      • Madre del Perpetuo Socorro, rogad por nosotros.








¿Cuál usas tú?






domingo, 11 de septiembre de 2016

INSCRIPCIONES CATEQUESIS PRIMERA COMUNION

Las inscripciones para las catequesis de Primera Comunión tendrán lugar los días:

Lunes 12 de Septiembre
Martes 13 de Septiembre
Miércoles 14 de Septiembre

en el horario de 17:30 a 19:30
en las dependencias parroquiales.



Consejos para evitar el chismorreo


1.- Orar: El Espíritu Santo

Miren a los apóstoles! Antes de pentecostés ellos huyeron y san Pedro lo negó con su lengua. Después de la Primer Novena, que fue Pentecostés, hubo una transformación radical. Pedro lanzó una homilía de Pentecostés y logró la conversión de ¡3000 personas! ¿Cómo? Orando al Espíritu Santo. Una cortita pero potente oración: “Ven Espíritu Santo, Ven, a través del Corazón de María”.

2.- Pensar

Santiago dice que debemos estar listos para escuchar y lentos para hablar. Por lo tanto, evitemos la impulsividad. ¡Piensa antes de hablar!¿Cuántas veces hemos hablado con la efervescencia del momento, sin reflexionar, hiriendo a la persona y teniendo que pagar las consecuencias? La Imitación de Cristo afirma: Pocos han lamentado por mantener el silencio, muchos por haber hablado de más.

3.- La Regla de Oro

Recuerden esta preciosa y poderosa máxima de Jesús: “Haz a los demás lo que quieras que te hagan a ti”. Así podemos aplicar esto a la oración: “Di a los demás lo que quieras que te digan”.

4.- ¡El Silencio!

Las madres a menudo enseñan a sus hijos esta lección: “Si no tienes nada bueno que decir, entonces no lo digas” ¡Gran consejo!

5.- ¿Agitado?

En los momentos de agitación, lo mejor es evitar el habla. Es mejor retirarse a su habitación, rezar una parte del Rosario, y después entrar en una conversación tranquila y serena. En la agitación, el espíritu malo trabaja en nosotros y dicta nuestro discurso.

6.- ¡Ánimo!

Aprende a decir palabras de aliento. Todos necesitamos esas palabras, de aliento, afirmación y apoyo. Sé un Bernabé. Él fue uno de los últimos Apóstoles y su nombre significa “Hijo de consolación”. ¿Por qué no formar un club “Bernabé”?

7.- ¡Perdón!

Cuando fallen en su discurso perjudicando al prójimo, reúnan la suficiente humildad y el coraje para expresar dos palabras muy difíciles: “¡Lo Siento!” Shakespeare dio en el clavo cuando dijo: “Errar es humano, perdonar es divino”

8.- Lectura Espiritual

Podría ser que lleguemos al vacío interior, y darnos cuenta que tenemos tan pocas cosas valiosas que decir. Formen un hábito de buena lectura espiritual (al menos media hora diaria) y muchos de los pensamientos santos y edificantes santificarán sus corazones y serán transformados en palabras que verdaderamente santifiquen a los demás. San Ignacio, en la “Contemplación para Alcanzar Amor” dice que ¡el amor se expresa dando! ¿Por qué no compartir los tesoros espirituales de su corazón con los demás?

9.- Recordar la Santa Comunión

Recuerden que con la misma lengua que se recibe al Señor Eucarístico, el Señor de Señores y Rey de Reyes, también se habla. Entonces esperemos que nuestro discurso refleje a AQUEL que hemos recibido en nuestra lengua y en nuestro corazón.

10.- María como Modelo

Miremos a María y pidamos su intercesión poderosa para que nos ayude con nuestro discurso. Imaginen a María hablando con San José, con Santa Isabel, con Jesús y con otros. ¡Cuánto amor, atención, bondad, mansedumbre, humildad, discreción y gozo!! Seguramente, María, que dijo “SÍ” a la Palabra de Dios, alcanzará para nosotros la gracia de expresar con claridad, de manera convincente y con caridad, cada palabra que salga de nuestra boca. “Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador”



Adaptación y traducción al español por Rafael Ruiz, para PildorasdeFe.net, de artículo publicado en: FatherBroom.com, autor:Padre Ed Broom

¿POR QUÉ SUFRIMOS?

XXIV Domingo del tiempo ordinario

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 15, 1-32

En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharle. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo:
"Ese acoge a los pecadores y come con ellos".
Jesús les dijo esta parábola:
¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos, y les dice: ¡Alegraos, conmigo!, he encontrado la oveja que se me había perdido.
Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.

O ¿qué mujer tiene diez monedas, si se le pierde una, no enciende una
lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, reúne a las amigas y a las vecinas y les dice: ¡Alegraos conmigo!, he encontrado la moneda que se me había perdido.
Os digo que la misma alegría tendrán los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta.
También les dijo:
Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre:
Padre, dame la parte que me toca de la fortuna.
El padre les repartió los bienes.
No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, emigró a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente.
Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad.
Fue entonces y se contrató con uno de los ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus campos a apacentar cerdos. Deseaba saciarse de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada.
Recapacitando entonces, se dijo:
Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros.
Se levantó y vino a donde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se le conmovieron las entrañas; y, echando a correr, se le echó cuello y lo cubrió de besos. Su hijo le dijo:
Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo.
Pero el padre dijo a sus criados:
Sacad enseguida el mejor túnica y vestídsela; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y sacrificadlo; comamos y celebramos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado.
Y empezaron el banquete.
Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y la danza, y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.
Éste le contestó:
Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha sacrificado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud.
Él se indignó y no quería entrar, pero su padre salió e intentaba persuadirlo.
Entonces él respondió a su padre:
Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; en cambio, cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tu bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado.
El padre le dijo:
Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo: pero era preciso celebrar un banquete y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado".

Palabra del Señor


sábado, 3 de septiembre de 2016

XXVII SEMANA DE TEOLOGIA

http://www.diocesisdejerez.org/

XXIII Domingo del tiempo ordinario








LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 14, 25-33


En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo:

Si alguno viene a mí y no pospone a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío. Quien no carga con su cruz y viene en pos de mí, no puede ser discípulo mío.

Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla? No sea que, sí echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo:

Este hombre empezó a construir y no ha sido capaz de acabar.

¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil? Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz.

Así pues, todo aquel de entre vosotros que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío.

Palabra del Señor.


HORARIO MISAS SEPTIEMBRE

HORARIO MISAS 
A PARTIR DEL
LUNES 5 DE SEPTIEMBRE

Lunes a Sábado
Mañanas...........10:00
Tardes...............20:00

Domingos
Mañanas............11:00
Tardes................20:00

sábado, 20 de agosto de 2016

XXI Domingo del Tiempo Ordinario

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 13, 22-30

En aquel tiempo, Jesús, de camino hacia Jerusalén, recorría ciudades y aldeas enseñando. Uno le preguntó:

Señor, ¿serán pocos los que se salven?

Jesús les dijo:

Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta diciendo: "Señor, ábrenos” y él os replicará: "No sé quienes sois”. Entonces comenzareis a decir: "Hemos comido y bebido contigo y tú has enseñado en nuestras plazas". Pero él os replicará: "No sé quienes sois. Alejaos de mi malvados". Entonces será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, Isaac y Jacob y todos los profetas en el Reino de Dios y vosotros os veáis echados fuera. Y vendrá de Oriente y Occidente, del Norte y del Sur y se sentarán a la mesa en el Reino de Dios. Mirad: hay últimos que serán primeros y primeros que serán últimos.

Palabra del Señor.


jueves, 11 de agosto de 2016

AGOSTO: CAMBIO HORARIO MISAS

A partir del Domingo 14 de Agosto
los horarios de misa del Domingo 
en la Parroquia por la tarde
se adelantan media hora.


DOMINGOS TARDES

MISA A LAS 20:00 HORAS

MISA A LAS 21:00 HORAS

***********

COLEGIO POZO NUEVO
SABADOS

MISA A LAS 20:30


martes, 26 de julio de 2016

NUESTROS JOVENES PARTIERON HACIA CRACOVIA PARA LA JMJ 2016

El grupo-joven de nuestra parroquia ha iniciado esta mañana su peregrinación a la Jornada Mundial de la Juventud 2016 a celebrar en Cracovia (Polonia) donde participan junto a ellos más de 30.000 jóvenes españoles y 51 obispos.

La jornada comenzó a las 08:00 de la mañana en La Cartuja, lugar de encuentro con el resto de jóvenes de las distintas parroquias y movimientos de nuestra diócesis de Asidonia-Jerez. Desde allí y tras celebrar una Eucaristía de envío junto con las Hermanas de Belén, partieron hacia Málaga donde en torno a las 17:30 tomaban el vuelo que les conducirían hasta la ciudad de Dresde en Alemania desde donde iniciarán un recorrido en autobús de unas seis horas hasta Cracovia (Polonia).



Para muchos jóvenes las Jornadas Mundiales de la Juventud suponen una experiencia inolvidable. Conocen a jóvenes cristianos de todo el mundo, celebran juntos una gran fiesta y de este modo viven su fe de una manera nueva. Participan en numerosas catequesis donde se forman en númerosos temas. Junto a todo esto es un gran momento donde surgen vocaciones, tan necesarias hoy en día. El Papa tiene grandes esperanzas puestas en los jóvenes y les infunde ánimo y valentía para su vida diaria. La experiencia de la fe común más allá de países, idiomas y culturas, les fortalece en su camino personal, en el cual algunos tienen la sensación de vivir aislados. Muchos experimentan una orientación nueva y nueva energía para seguir su propio camino de fe.




Para más información http://www.krakow2016.com/es/

sábado, 16 de julio de 2016

La misa es larga y aburrida

La Misa es larga, dices, y añado yo: porque tu amor es corto“. San Josemaría Escrivá de Balaguer.
¿Cuántas veces habremos oído la típica queja de que la Misa es aburrida, de que se hace larga? ¿Cuántas veces los mismos sacerdotes se han empeñado en deformar la liturgia para intentar que la Misa sea más entretenida? Sin duda, sin malicia, claro está, pero a veces dejando casi irreconocible el Santo Sacrificio del altar.
Sin embargo, hay que partir de un punto vital: el núcleo de la Misa, a quien va dirigida, es Dios. No es el sacerdote ni es el feligrés. No vamos a Misa para pasar el rato, ni para divertirnos, ni deberíamos ir tan sólo a cumplir un precepto. Deberíamos ir a Misa por amor. Amor a Cristo, que renueva su sacrificio en la cruz delante de nosotros.
Seguro que a algún sujeto presente en el Gólgota también le pareció aburrida la crucifixión de Cristo. A algún centurión, cansado de ver siempre lo mismo, que no sabía lo que tenía delante y pensaba que era tan sólo una muerte más.
También había quienes iban buscando un entretenimiento. Las ejecuciones siempre han atraído mucho público, no es algo de ahora.
Pero también estaban santa María y san Juan. En una actitud completamente distinta. Dudo que les pareciera un aburrimiento ni un momento para pasar el rato. No veo a Juan diciendo: “Señor, date prisa, que me aburro”. Sin embargo, esto mismo lo vemos a diario en Misa en cuanto se alarga mínimamente.
Quizá la pregunta que debemos hacernos es con cuál de esas actitudes vamos a Misa. Si no es la tercera, la de un encuentro con el Señor que nos sobrepasa por completo, sabedores del inmenso sacrificio que vamos a contemplar, de que vamos a vivir una experiencia misteriosa y sagrada en comunión con toda la Iglesia, incluyendo la triunfante y la purgante, es que algo falla. Y no en la Misa, sino en nosotros.
De la misma manera para el sacerdote: si tu actitud no es de pequeñez ante la inmensidad y la belleza de la liturgia, de humildad y pobreza ante la consagración, en la que el mismo Dios se pone en tus manos, de servicio a Dios y a la Iglesia antes que a tus gustos y preferencias, algo falla. En ti.

XVI Domingo del tiempo ordinario

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 10, 38-42

En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Esta tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra. Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo:

Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano.

Pero el Señor le contestó:

Marta, Marta: andas inquieta y nerviosa con tantas cosas: solo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor y no se la quitarán.


Palabra del Señor.

¡Salve Estrella de los Mares! - Armada Española



Salve
estrella de los mares
de los mares iris
de eterna ventura

Salve
o fénix de hermosura
madre del divino amor

De tu pueblo
a los pesares
tu clemencia de consuelo

Fervoroso llegue al cielo
hasta a ti hasta ti
nuetro clamor

Salve
salve 
estrella de los mares
salve estrella de los mares
si, fervoroso llegue al cielo
hasta ti hasta ti
nuestro clamor.

Salve salve
estrella de los mares
estrella de los mares
salve;
salve,
salve salve

Festividad de la Virgen del Carmen


 Historia
Desde los antiguos ermitaños que se establecieron en el Monte Carmelo, Los Carmelitas han sido conocidos por su profunda devoción a la Santísima Virgen. Ellos interpretaron la nube de la visión de Elías (1 Reyes 18, 44) como un símbolo de la Virgen María Inmaculada.  Ya en el siglo XIII, cinco siglos antes de la proclamación del dogma, el misal Carmelita contenía una Misa para la Inmaculada Concepción.
En las palabras de Benedicto XVI, 15,VII,06:
“El Carmelo, alto promontorio que se yergue en la costa oriental del Mar Mediterráneo, a la altura de Galilea, tiene en sus faldas numerosas grutas naturales, predilectas de los eremitas. El más célebre de estos hombres de Dios fue el gran profeta Elías, quien en el siglo IX antes de Cristo defendió valientemente de la contaminación de los cultos idolátricos la pureza de la fe en el Dios único y verdadero. Inspirándose en la figura de Elías, surgió al Orden contemplativa de los «Carmelitas», familia religiosa que cuenta entre sus miembros con grandes santos, como Teresa de Ávila, Juan de la Cruz, Teresa del Niño Jesús y Teresa Benedicta de la Cruz (en el siglo, Edith Stein). Los Carmelitas han difundido en el pueblo cristiano la devoción a la Santísima Virgen del Monte Carmelo, señalándola como modelo de oración, de contemplación y de dedicación a Dios. María, en efecto, antes y de modo insuperable, creyó y experimentó que Jesús, Verbo encarnado, es el culmen, la cumbre del encuentro del hombre con Dios. Acogiendo plenamente la Palabra, «llegó felizmente a la santa montaña» (Oración de la colecta de la Memoria), y vive para siempre, en alma y cuerpo, con el Señor. A la Reina del Monte Carmelo deseo hoy confiar todas las comunidades de vida contemplativa esparcidas por el mundo, de manera especial las de la Orden Carmelitana, entre las que recuerdo el monasterio de Quart, no muy lejano de aquí [Valle de Aosta]. Que María ayude a cada cristiano a encontrar a Dios en el silencio de la oración.
La estrella del Mar y los Carmelitas
Ver: María, Estrella del Mar
Los marineros, antes de la edad de la electrónica, dependían de las estrellas para marcar su rumbo en el inmenso océano. De aquí la analogía con La Virgen María quien como, estrella del mar, nos guía por las aguas difíciles de la vida hacia el puerto seguro que es Cristo.
Por la invasión de los sarracenos, los Carmelitas se vieron obligados a abandonar el Monte Carmelo. Una antigua tradición nos dice que antes de partir se les apareció la Virgen mientras cantaban el Salve Regina y ella prometió ser para ellos su Estrella del Mar.  Por ese bello nombre conocían también a la Virgen porque el Monte Carmelo se alza como una estrella junto al mar.
Los Carmelitas y la devoción a la Virgen del Carmen se difunden por el mundo
La Virgen Inmaculada, Estrella del Mar, es la Virgen del Carmen, es decir a la que desde tiempos remotos se venera en el Carmelo. Ella acompañó a los Carmelitas a medida que la orden se propagó por el mundo. A los Carmelitas se les conoce por su devoción a la Madre de Dios, ya que en ella ven el cumplimiento del ideal de Elías. Incluso se le llamó: “Los hermanos de Nuestra Señora del Monte Carmelo”. En su profesión religiosa se consagraban a Dios y a María, y tomaban el hábito en honor ella, como un recordatorio de que sus vidas le pertenecían a ella, y por ella, a Cristo.
La devoción a la Virgen del Carmen se propagó particularmente en los lugares donde los carmelitas se establecieron.



Para mas información  www.corazones.org

sábado, 25 de junio de 2016

XIII Domingo del tiempo ordinario

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 9, 51-62



Cuando se completaron los días en que iba de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros delante de él.

Puestos en camino, entraron en una aldea de samaritanos para hacer los preparativos. Pero no lo recibieron, porque su aspecto era el de uno que caminaba hacia Jerusalén.

Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le dijeron:

"Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo que acabe con ellos?".

Él se volvió y les regañó. Y se encaminaron hacia otra aldea.

Mientras iban de camino, le dijo uno:

"Te seguiré a donde quiera que vayas".

Jesús le respondió:

"Las zorras tienen madrigueras, y los pájaros del cielo nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza".

A otro le dijo:

"Sígueme".

Él respondió:

"Señor, déjame primero ir a enterrar a mi padre".

Le contestó:

"Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios".

Otro le dijo:

"Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de los de mi casa".

Jesús le contestó:

"Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás vale para el reino de Dios".


Palabra del Señor.


viernes, 10 de junio de 2016

XI Domingo del tiempo ordinario

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 7, 36-8, 3


En aquel tiempo, un fariseo rogaba a Jesús que fuera a comer con él y, entrando en casa del fariseo, se recostó a la mesa. En esto, una mujer que había en la ciudad, una pecadora, al enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo, vino trayendo un frasco de alabastro lleno de perfume, y, colocándose detrás junto a sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con las lágrimas, se los enjugaba con los cabellos de su cabeza, los cubría de besos y se los ungía con el perfume. Al ver esto, el fariseo que lo había invitado se dijo:
-«Si este fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que lo está tocando, pues es una pecadora».
Jesús respondió y le dijo:
-«Simón, tengo algo que decirte».
Él contestó:
-«Dímelo, maestro».
Jesús le dijo:
-«Un prestamista tenía dos deudores; uno le debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál de ellos le mostrará más amor?»
Respondió Simón y dijo:
-«Supongo que aquel a quien le perdonó más».
Le dijo Jesús:
-«Has juzgado rectamente».
Y, volviéndose a la mujer, dijo a Simón:
-«¿Ves a esta mujer? He entrado en tu casa y no me has dado agua para los pies; ella, en cambio, me ha regado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con sus cabellos. Tú no me diste el beso de paz; ella, en cambio, desde que entré, no ha dejado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza con ungüento; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume. Por eso te digo: sus muchos pecados han quedado perdonados, porque ha amado mucho, pero al que poco se le perdona, ama poco».
Y a ella le dijo:
-«Han quedado perdonados tus pecados».
Los demás convidados empezaron a decir entre ellos:
-«¿Quién es este, que hasta perdona pecados?»
Pero él dijo a la mujer:
-«Tu fe te ha salvado, vete en paz».
Después de esto iba él caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, proclamando y anunciando la Buena Noticia del reino de Dios, acompañado por los Doce, y por algunas mujeres, que habían sido curadas de espíritus malos y enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, un administrador de Herodes; Susana y otras muchas que le servían con sus bienes.

Palabra del Señor.


Las cadenas de oración en los móviles, internet...

Os aseguro también que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, sea lo que fuere, lo conseguirán de mi Padre que está en los cielos” (Mt 18, 19).

Aquí el Señor Jesucristo nos hace ver la importancia de unirnos en la oración por una intención particular; y Él no pone condiciones a la hora de invitar a sus discípulos a ponerse de acuerdo al orar.

Quien quiera unirse a una intención de oración, por ejemplo del Papa, puede hacer la oración que quiera, a la hora y lugar que quiera; así como hacerla solo o acompañado o unido a alguien en la distancia a una hora convenida o no.

Pero hay que saber distinguir la diferencia entre unirse en oración por una intención concreta y real, aunque las personas no se conozcan, y hacer parte de una cadena de oración.

Hoy más que nunca, gracias a internet, se ha incrementado la difusión de cadenas de oración que para lograr unos fines determinados amenazan con un castigo a quien no las siga o tratan de imponer algo.

La Iglesia no acepta que se instrumentalice la oración, quitándole valor e importancia, con fines no santos.
En este sentido las cadenas de oración son censurables, y lo son por dos motivos:

  1. En primer lugar, garantizan desgracia a quien no las haga, o las interrumpa temporal o definitivamente, o no las reenvíe. Y sustentan esta amenaza citando, obviamente, falsos ejemplos o testimonios. Quien advierte estas cosas, en nombre de Dios, es un falso profeta y peca gravemente. Nadie puede ponerse a amenazar en nombre de Dios.
  2. En segundo lugar, estas cadenas engañan pues obligan a la gente a hacer mal uso de la oración, desvirtuándola o banalizándola. Este es el verdadero objetivo de este tipo de cadenas de oración. Y este objetivo se logra con el supuesto gancho del beneficio personal si se participa; en este sentido las cadenas de oración son superstición.
Vincular desgracia, condena o premio a una cadena de oración no va de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia; además el premio y la condena no están en la participación o no en dichas cadenas.
Estas cadenas de oración son una superstición más pues se le atribuye a la simple materialidad de dichas oraciones una eficacia que no tienen.

Nos lo recuerda el catecismo: “Atribuir (a ciertas prácticas) su eficacia a la sola materialidad de las oraciones o de los signos sacramentales, prescindiendo de las disposiciones interiores que exigen, es caer en la superstición” (n. 2111).

Toda superstición es un serio problema al poner la confianza en prácticas ridículas, siendo de consecuencia una ofensa a Dios en cuanto se desconfía de Él.

La superstición va contra el primer mandamiento de la ley de Dios y es señal clara de que la verdadera fe es inexistente; donde decae la religión crece la superstición.

Así, no solo comete falta quien envía y difunde estas cadenas de oración sino también quien cree en ellas.

De todo lo anterior se desprenden varios errores:

  1. Un primer error es valerse de una supuesta necesidad ajena para beneficio personal.
  2. Otro error de estas cadenas es que son recetas o fórmulas para conseguir resultados en detrimento de la fe. La magia pretende conseguir algo a través de fórmulas que deben realizarse al pie de la letra para obtener el resultado deseado. Y el camino de fe se abandona para entrar en la senda de la magia.
  3. Estas cadenas de oración son un grave error porque “se atribuye una importancia, de algún modo, mágica a ciertas prácticas, por otra parte, legítimas o necesarias” (Catecismo, 2111).
  4. Otro problema es el asunto de la amenaza por la no realización de una práctica intrascendente: es inaceptable. Esto sugiere tener un miedo infundado a Dios por solicitudes hechas por hombres, que pretenden hablar en su nombre.
  5. Un error más de estas cadenas de oración es la difusión de oraciones e imágenes que contienen errores teológicos. Esto es serio pues las personas que no posean una fe muy sólida y bien fundamentada pueden caer en un error o ahondar en otro, en detrimento de una sana oración y de una correcta relación con Dios.
  6. Un sexto problema de recurrir a estas prácticas y basar la fe en ellas, es el abandono de Dios en detrimento de nuestra salvación. Cuando nos damos cuenta que Dios no responde al agitar nuestra varita mágica, cuando vemos que Dios no cumple lo que le pedimos viene el desencanto y la frustración.
  7. Un séptimo error está en que se quiere “motivar” a los demás a propagar una cadena para conseguir lo anhelado de una manera fácil, rápida y eficaz, aun por encima del cumplimiento de la voluntad de Dios; voluntad que el buen seguidor de Cristo tiene que concretar, aun con esfuerzo, en su diario vivir.
  8. Un último problema, y no menos importante y que no hay que excluir aunque no sea de carácter religioso, es que estas cadenas, cuando son enviadas por e-mail, se usan con frecuencia para buscar información, difundir virus informáticos, etc.
Todo se centra en dos errores: A Dios no se le ponen plazos, ni Él responde a las exigencias que le hacemos; exigencias que le hacemos desconociendo sus planes para con nosotros a través de su divina providencia y sabiduría.

La motivación de la oración a favor de alguien deber ser el amor. Se ora por verdadero amor al hermano o hermana en la fe que sufre.

Y se ora sin olvidar que la oración se debe acomodar a la voluntad de Dios. Nunca podemos presionar a Dios para que Él realice lo que deseamos; la oración simplemente es para ponernos en sus manos, para poner en su corazón amoroso nuestra vida y nuestros destinos, “como un niño en brazos de su madre” (Sal 131, 2).

Debemos tener presente que no podemos manipular a Dios. Él no actúa de acuerdo a la voluntad humana. Dios no es un dispensador de milagros y la relación con Él se basa en la confianza.

Nosotros debemos estar en comunión con Dios en cualquier circunstancia de la vida. Quien confía en Dios lo reconoce como Padre y sabe que el triunfo está asegurado, pero no al estilo de los hombres según una lógica humana.

El que confía en Dios tiene la certeza en su corazón de que la cruz no es el final del camino. El que confía en Dios sabe que aunque las cosas no marchen bien, Él nunca nos desampara.

No se trata de asegurarnos las cosas mediante nuestras acciones, recursos o medios, sino tener la seguridad de sabernos amados por Dios; es importante creer en la paternidad de Dios y en su providencia.

Difundamos el amor de Dios sin condicionamientos como Jesús nos enseñó. La auténtica oración es una solicitud a la omnipotencia de Dios hecha con confianza, pero también con el más absoluto respeto a su voluntad.

Por tanto hay que decir: “No a estas cadenas de oración”. Y que nadie se sienta mal o culpable o en pecado si ignora dichas cadenas.
Sigamos mejor en una vida de discipulado, en obediencia a los mandamientos, en fe, oración y en el amor a Dios y a los demás.


fuente: aleteia.org


Convivencia Final de Curso Grupos de Matrimonio de la Diócesis


Presentación diocesana Exhortación "Amoris Laetitia"


domingo, 5 de junio de 2016

Domingo X del tiempo ordinario

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 7, 11-17

En aquel tiempo, iba Jesús camino de una ciudad llamada Naín, e iban con él sus discípulos y mucho gentío. Cuando se acercaba a la entrada de la ciudad, resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; y un gentío considerable de la ciudad la acompañaba. 
Al verla el Señor, le dio lástima y le dijo: "No llores."
Se acercó al ataúd, lo tocó (los que lo llevaban se pararon) y dijo: 
"¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!"
El muerto se incorporó y empezó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre. 
Todos, sobrecogidos, daban gloria a Dios, diciendo: "Un gran Profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo." La noticia del hecho se divulgó por toda la comarca y por Judea entera.

Palabra del Señor.